Hablas sin palabras,
en silencio
y en la distancia
me miras,
y sé que no hay nada…
Me miras de lejos,
observas
analizando todos mis movimientos,
como si supieras
todo de mí.
Y cuando te acercas,
con tu mirada de fuego,
sé que pese a todo,
pese a esta distancia
que el amor me impuso,
allá donde las lineas se cruzan
más allá del tiempo,
más allá de la lucha de mi voluntad,
nuestros corazones son y serán,
para siempre, uno.