Impaciencia,
mis dedos bailan
y mi cuerpo gira.
Lucho,
lucho con todas mis fuerzas
contra mí misma,
mente, corazón y orgullo
están permanentemente
en la liza.
En el fondo, no lo quiero,
la paz me rodea
y es su fuerte mano
la que instintivamente aprieto,
no la tuya.
Mas pienso,
no dejo de pensar en tí,
en las sonrisas,
en los secretos
que a oscuras,
en nuestro lago,
compartimos en susurros…
Y anhelo
tener un nomeolvides
enredado en mis cabellos,
ver otro
bailando entre tus dedos.
Y cierro los ojos,
me embargo del sueño,
donde da igual,
donde no importa
si es mi mente,
si es mi corazón
o mi orgullo,
el que me susurra tu recuerdo…
Porque cuando los abro,
cuando la alondra
me saluda con su canto,
es su cuerpo el que acaricio,
sus labios los que beso,
y sé que mi alma
vive en la suya,
hasta que sea completa del todo
o,
por tu recuerdo,
por mis locos recuerdos,
mi alma,
de pura impaciencia,
se consuma.