Mi rauda pluma.

Pluma veloz,

incansable e insaciable,

te suplico, libérame de tu embrujo,

haz que deje de necesitarte…

Pluma suave,

que conviertes en palabras tu sangre,

nadas por el papel

como si del mar en calma se tratase…

Pluma fatal,

más fuerte que la espada,

has conseguido paz

y provocado infinitas batallas…

Pluma valiente,

que has guiado a mi inspiración,

has convertido mis sueños

para compartirlos…

Que seguirías haciéndolo

hasta el infinito.

Ahora, grata compañera,

descansas fría,

con tu forma perfecta,

sobre mi anciana mano inerte.

Y donde te lleve el destino

y la herencia,

seguirás tu camino

y, por mucho que duela,

no podré acompañarte…

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5 respuestas a Mi rauda pluma.

  1. Hay quienes piensan que algo de nosotros queda en cada objeto que tocamos… ¿»…no podré acompañarte? Quizás sí, aunque no de la forma que conoces…

  2. vittt dijo:

    otras manos
    otras palabras
    la misma historia

  3. kiram dijo:

    Sí, siempre es la misma historia, y sí, siempre queda algo de nosotros en las cosas que queremos… 🙂

  4. lamas dijo:

    Sí señor! Cada día mejoras la técnica. Y bueno… que decir… la herramienta debe ser prolongación del artista.

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