Shankill Butchers – The decemberist
Vuelve la lluvia,
en el fin del verano
son las gotas cálidas
y mi cuerpo está cansado…
Esperaba a la lluvia,
como te esperaba a ti, un día.
Cuando compartíamos el frío,
un par de corazones rotos,
¿te acuerdas? nos llamamos amigos
pues perseguíamos el amor de otros
que nunca fue correspondido…
La lluvia me recuerda lo que fuimos,
llámanos como quieras, como prefieras,
fuimos algo parecido al amor, amantes, amigos
ahora solo queda la mojada melena
y las colillas hechas barquitos
que se ahogan, despacio, que se suicidan
por las alcantarillas.
Y así saludo al otoño que llega,
esperando el frío del invierno
que nunca me alcanza, que nunca me congela,
quizá él también se vaya por el sumidero
y por eso, al buscarme, nunca me encuentra.
Por estas zonas estamos disfrutando la llegada de la primavera.
La lluvia y sus recuerdos.
Bello poema.
saludos…
El buen tiempo se aleja y el buen tiempo llega 🙂 Todo es equilibrio 😉
Otra vez me sabe a añoranza tu poesía. Efecto curioso este de la lluvia, como siempre saca a relucir a la nostalgia. Bello! como todo lo que escribes. 🙂
Gracias Milo, la lluvia según toca trae recuerdos o imágenes, pero sobre todo muchas ideas 🙂
la misma lluvia aunque pega nuestra ropa al cuerpo, haciéndolo tan pesado. tan pesada es la carga de uno mismo sin nadie que la comparta.
este me ha calado, k.
Gracias David 🙂 Ésa era la intención 🙂
No hay como la primera lluvia, ¿no? 😉
Gracias por tu visita, Kiram. Un abrazo, además.
Primera lluvia sólo hay una! 😛 Y como se agradece su contacto!